Como la gobernadora María Eugenia Vidal y Federico Salvai y como el vicejefe porteño Diego Santilli, el jefe de Gabinete, Marcos Peña -la mano derecha del Presidente-, debió peregrinar hacia Exaltación de la Cruz para reunirse con Elisa Carrió.

La aliada más imprevisible de Mauricio Macri no se reúne con el Jefe de Estado desde octubre pasado. En el medio empujó un juicio político contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, y marcó diferencias con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

El miércoles, cuando sí decidió recorrer los 90 kilómetros que separan la ciudad de su hogar para asistir a TN, la diputada amonestó al titular de Hacienda, Nicolás Dujovne, por querer acaparar más poder, a Bullrich por “hacer un acuerdo con (Sergio) Berni" y le exigió al ministro de Producción, Dante Sica, que se pusiera “los pantalones largos”.

También, a días de la primera bilateral entre Macri y el presidente de Brasil -principal socio comercial de la Argentina, Carrió no dudó en calificar a Jair Bolsonaro de “fascista” y en compararlo con Hitler.

En la Casa Rosada no se reflexionó demasiado al respecto. Cerca del Presidente hicieron una comparación curiosa. “Es como la inflación, hay que mirar la tendencia”, señalaron sobre las críticas públicas de los aliados del PRO en Cambiemos, Carrió y la UCR.

En Gobierno creen que las crisis internas y los cuestionamientos entre los socios han ayudado a consolidar la coalición oficialista. Peña, que estuvo este jueves por la mañana en Balcarce 50, partió a Exaltación con la expectativa de una reunión a agenda abierta.

Antes, el ministro coordinador había tendido puentes de distensión con Carrió. Recibió a la mesa de la CC-ARI y bendijo con una foto al diputado provincial por Catamarca Rubén Manzi como virtual candidato a gobernador.

Carrió, por entonces, eligió descomprimir la situación con una foto en la que aparecía junto a Peña, Vidal y Horacio Rodríguez Larreta,el dirigente del PRO con quien más sintonía tiene.

Durante buena parte de la jornada no hubo confirmación sobre la sede del encuentro. Se especulaba con que fuera en el Instituto Hanna Arendt que preside Carrió. Finalmente fue en su casa.

El legislador porteño Maximiliano Ferraro -presidente de la CC- también estuvo allí. El encuentro comenzó pasadas las 15.30 y culminó más de 2 horas después. No hubo fotos. 

Entre café, agua y risas, la diputada y el jefe de Gabinete dialogaron sobre la situación mundial y regional, el escenario electoral a nivel nacional y sobre la situación particular en algunas provincias, donde Cambiemos tiene muchos votos y buenas chances de ganar, pero también divisiones internas como Córdoba -donde Carrió apoya a Mario Negri- y Santa Fe. 

“Sabíamos que se había generado demasiada expectativa. Nosotros reforzamos y queremos remarcar que es parte de las reuniones periódicas que tiene Lilita y la propia Coalición con el jefe de Gabinete y con la mesa nacional de Cambiemos”, contaron allegados a la diputada.

Peña enmarcó el viaje de Macri a Brasil del próximo miércoles como una visita institucional a un país hermano de la Argentina.

En cambio, sí hubo un análisis de la perspectiva general y de la importancia del lugar que puede tener la Argentina, sobre todo en relación a Venezuela. Macri es una de las voces más críticas en la región contra el régimen de Nicolás Maduro.

En el plano electoral, no apareció el nombre de Cristina Kirchner, a quien en el macrismo descuentan como la principal contrincante del Presidente.

Carrió sí confirmó que trabajará para la reelección del Presidente y volvió a ratificar su decisión de no ser candidata. Peña se llevó el compromiso de la jefa de la Coalición para acompañar y fortalecer Cambiemos. 

No se habló sobre un posible encuentro entre Macri y su aliada. “Se va a dar naturalmente”, dijeron cerca de la legisladora.

"Tuvimos una muy buena reunión en muy buen clima y distendida. Hubo un análisis de la estrategia electoral y regional", evaluó Ferraro. 

Clarín