La Subsecretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad realizó un relevamiento en distintos colegios de la ciudad. El objetivo fue identificar la cantidad de horas que los adolescentes están conectados mediante computadoras, teléfonos celulares y aparatos similares. Junto a eso, intentaron descubrir qué sentimientos se generan en los jóvenes cuando utilizan las nuevas tecnologías.

Lilian Jaule, quien estuvo a cargo del trabajo, comentó que en muchos casos aparecen los sentimientos de “angustia, ansiedad y enojo”, además de aquellas sensaciones que tienen que ver con “la no aceptación del otro”.

En un estudio de taller, trabajaron con 250 chicos de entre 13 y 16 años. Allí descubrieron que de cada diez alumnos, sólo cuatro sentían signos de aprobación, mientras que los seis restantes experimentaban “soledad” y “angustia” al ser rechazados en una red social.

Además, indicó que en general, los jóvenes utilizan más de cuatro horas diarias los aparatos para contactarse a aplicaciones como WhatsApp, Facebook o Instagram.  

Sin embargo, Jaule planteó que el dato más preocupante surge cuando les dicen a los chicos que no pueden usar las tecnologías. Sostuvo que este impedimento les generaba “las mismas sensaciones de abstinencia que generan químicamente las adicciones con sustancias”.