Las spin off son entidades que se desprenden de estructuras más grandes. La startup desarrolla bioinsumos capaces de disminuir hasta un 85% las emisiones de óxido nitroso en soja
En el ecosistema agtech de Río Cuarto, donde ciencia, innovación y sostenibilidad empiezan a converger, una startup promete marcar un antes y un después en la agricultura baja en carbono. Se trata de SoyGreen, una joven empresa biotecnológica fundada por Fabricio Cassan, que desarrolla soluciones biológicas para mitigar la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) provenientes de la producción agrícola.
“El objetivo de la empresa es la mitigación de la emisión de gases de efecto invernadero desde la agricultura por la generación de soluciones biológicas”, explica Cassan. “Nos preocupamos especialmente por el óxido nitroso, porque es un gas que no se le da tanta importancia, pero tiene 270 veces más poder de calentamiento que el dióxido de carbono”.
Mientras la discusión global se concentra en la huella de carbono, el equipo de SoyGreen detectó un desafío mucho menos visible: las emisiones de óxido nitroso (N₂O) asociadas a la soja, incluso en lotes donde no se aplican fertilizantes nitrogenados. “Uno de los principales generadores de óxido nitroso es la agricultura, tanto por el uso de fertilizantes como por procesos metabólicos en plantas que normalmente no se fertilizan, como la soja”, señala el investigador.
El hallazgo nació en el Laboratorio de Fisiología Vegetal de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), donde Cassan y su equipo descubrieron que el tipo de rizobio que se asocia a la planta puede modificar drásticamente los niveles de emisión. “Dependiendo qué microorganismo establece la simbiosis con la planta de soja, los niveles de emisión de óxido nitroso son mayores o menores. Eso es completamente novedoso”, detalla.
De la investigación a la empresa
A partir de ese descubrimiento y con una inversión inicial del fondo SF500, se creó SoyGreen hace unos 14 meses. El primer producto, un bioinsumo para tratamiento de semillas de soja, ya alcanzó un TRL 7 (nivel de madurez tecnológica que indica validación en campo).
Durante la última campaña, el producto se probó en cuatro ambientes agroecológicos —dos en Santa Fe, uno en Córdoba y otro en La Pampa— con resultados promisorios: una mejora de más del 8% en rendimiento y una reducción de hasta el 85% en las emisiones de óxido nitroso. “Comparamos nuestra tecnología con los productos más vendidos del mercado, y además del diferencial en rendimiento, lo que nos deja muy tranquilos es que el nivel de emisiones baja un 80%”, remarca Cassan.
Aceptación y valor percibido
La startup también indagó en el nivel de aceptación del nuevo bioinsumo entre productores del sur de Córdoba y Santa Fe. El estudio, realizado junto a un equipo la Facultad de Ciencias Económicas de la misma Universidad, reveló una alta predisposición al cambio.
“El productor estaría dispuesto a pagar casi el doble por esta tecnología para soja”, comenta Cassan. “En promedio, el tratamiento de una hectárea cuesta 3,5 dólares, y los productores encuestados pagarían 2,81 dólares más por encima de eso, incluso sin presión normativa”.
La primera spin-off de la UNRC
SoyGreen está a punto de convertirse en la primera spin-off oficial de la Universidad Nacional de Río Cuarto, un hito que refleja la madurez del ecosistema local que cuenta con la carrera de Microbiología desde el año 1973, pionera en Argentina y única hasta hace muy pocos años.
Cassan explicó que “se licencia la tecnología con la institución que permitió que se generara ese conocimiento. Esa resolución ya está en instancia de aprobación”. El modelo spin-off permite que la universidad mantenga un vínculo institucional y de propiedad intelectual con el emprendimiento, potenciando la transferencia de tecnología al sector productivo.
En busca de nuevos capitales
Como toda startup tecnológica, SoyGreen enfrenta ahora el conocido “valle de la muerte”, la etapa crítica entre la validación y la generación de ingresos sostenibles.
“Estamos en ese punto. De la inversión inicial se utilizó gran parte para ensayos y validaciones, y ahora estamos buscando nuevas fuentes de financiamiento”, cuenta el fundador. y agrega: “nuestro planteo es preservarnos hasta que aparezcan nuevos capitales que nos permitan pisar el acelerador de nuevo”.
El siguiente paso es atraer una nueva ronda de inversión para escalar la producción y avanzar hacia la comercialización. Además, la empresa busca consolidar un modelo B2B (Business to Business), ofreciendo sus soluciones directamente a empresas del sector agroindustrial. “Más allá del levantamiento de capital, nuestro objetivo es desarrollar productos que permitan abrir un canal B2B sólido”, resume Cassan, algo que les permitirá crecer con sustentabilidad tecnológica y ambiental.
En un contexto internacional donde los mercados demandan trazabilidad ambiental y reducción de huella de carbono, SoyGreen representa una innovación con impacto potencial global. Su enfoque combina ciencia aplicada, sostenibilidad y modelo de negocio escalable: una tríada que refleja el nuevo ADN del agtech global.