“Decidimos festejar todo el día, algo distinto a otras ediciones, y el resultado fue maravilloso”, relató Miriam Agüero en la columna de Natalia Reineri llamada “Están todos invitados”.

Las Albahacas celebró sus 80 años con historia, obras y diferentes actividades con el desfile de agrupaciones gauchas, chocolatada caliente y diferentes talleres.
 
Una fiesta con identidadEl acto protocolar incluyó un desfile cívico-militar, la participación de la banda del Batallón José María Rojas de Olver, promesas a la bandera de escuelas locales, y el paso de agrupaciones gauchas y talleres comunales. Al finalizar, vecinos y visitantes compartieron chocolate caliente y tortas fritas, seguidos de un asado comunitario, una peña folclórica y un cierre bailable en el polideportivo.

La celebración no solo fue un evento social, sino también una reafirmación del sentido de pertenencia. “Las familias disfrutan, los niños corren en las plazas. Eso nos demuestra que vamos por buen camino”, destacó la jefa comunal.

Obras que transformanDesde su llegada al cargo en diciembre de 2019, Agüero y su equipo impulsaron una serie de obras claves: la pavimentación de 5 km de la ruta de acceso —“una obra que realmente nos cambió la vida”—, cordones cuneta, mejoras en el balneario y la construcción de espacios verdes.

Además, se está finalizando un conjunto de viviendas sociales y una nueva sede comunal, que reemplazará a la actual, ya insuficiente para la demanda local. “Queremos recibir bien a quienes se acercan a la comuna. Hoy trabajamos incómodos, pero estamos cerca de lograr ese cambio”, explicó.

El suministro de agua, una de las preocupaciones principales, también ha sido abordado con inversiones, aunque aún requiere ampliaciones. “No nos desvela, pero no dejamos de ocuparnos”, reconoció.

Las sierras que cuentan historiasMás allá del progreso urbano, Agüero se detuvo en un punto que toca el alma del pueblo: la memoria de los antiguos pobladores de las sierras. Mencionó especialmente a Delfina Balmaceda, una mujer de edad avanzada que aún vive sola en lo alto de las sierras. “Hasta hace poco la veíamos bajar caminando con una garrafa de 10 kilos al hombro. Es un ejemplo de vida, sacrificio y dignidad”, contó con orgullo.

Junto a ella, María Olivares es otra de las pocas que mantienen viva la tradición serrana, resistiendo al paso del tiempo y el aislamiento. “Ambas son dignas de admiración. Su historia nos enseña mucho”, dijo Aguero, visiblemente conmovida.

Fe, turismo y futuroLas Albahacas también se proyecta como un destino turístico en crecimiento, tanto por su entorno natural como por su riqueza cultural. El Cerro de la Cruz y la celebración de la Virgen del Carmen, patrona del pueblo, son parte de ese atractivo. La comunidad organiza cada Semana Santa una subida al cerro, combinando fe y turismo religioso.

Miren Agüero resume el momento de Las Albahacas con claridad: “Hay un antes y un después. El pueblo crece, se embellece, pero no olvida su historia. Eso es lo que lo hace único”.

Con una mirada puesta en el futuro —incluyendo un proyecto de sala de primeros auxilios y nuevos servicios para el turismo— Las Albahacas celebra sus 80 años con orgullo, memoria y esperanza.


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