El fiscal Guillermo González, en diálogo con Micrófono Abierto, dio detalles sobre la banda liderada por el exjefe la caminera, Maximiliano Ochoa Roldán, dijo que “ofrecían soluciones totalmente ilegales a conflictos de la vida real”.

Señaló que se valían de la información calificada que tenían por ocupar cargos en puntos clave de la policía para cometer las estafas. Todavía no se pudo determinar la cantidad de personas damnificadas.

González comentó que la investigación lleva un mes y que hay pruebas en común con otra causa que se lleva adelante en Cosquín, a cargo de la Doctora Paula Kern, en la que hay personas privadas de su libertad.

”Surgen datos, antecedentes de ahí que podían relacionar a estos delincuentes que operaban en Punilla con otra banda que estaría haciendo cosas parecidas en Capital.  A partir de ahí corren los antecedentes a la Fiscalía General que ve que estaría involucrada gente de la jefatura de policía que está dentro del ámbito de actuación de mi distrito, de mis unidades judiciales, entonces es que arranco con esta investigación y de allí se desprende esto”.

De acuerdo al relato del fiscal, en la banda había gente de distintos ámbitos, “algunos eran de la caminera,  otros a protecciones de testigos, también de asesoría letrada, se valían de estar en esos lugares básicamente para tener acceso a cierta información, para poder hacer un despliegue para la logística, pero sus hechos no estaban relacionados con el área en la que ejercían sus funciones como policía, de hecho a estas tareas las hacían de modo correcto, por eso han podido ascender y llegar a estos cargos tan importantes, generando confianza, la típica conducta del estafador, que va engañando y generando confianza para acceder a un lugar de poder donde después pueda ejercer sus delitos”.

Agregó que utilizaban toda la información que les daba estar en esos lugares de privilegio y así extorsionaban a las supuestas víctimas.

González comentó que tenían algunos clientes, algunos de buena fe, y otros que no, que sabían que esta gente se manejaba así, pero preferían pagar cierto dinero que hacer las cosas por ley. “Ofrecían soluciones totalmente ilegales a conflictos de la vida real, y no eran conflictos que tenían que ver con la policía, estamos hablando de cuestiones penales, civiles, de familia, laborales. Ellos utilizaban vías totalmente ilegales para tratar de aportar soluciones a otros conflictos que, por la vía legal, tomarían más tiempo, o serían de otro modo su abordaje. Se aprovechaban de su influencia, y de su cargo”.

El fiscal comentó a Micrófono Abierto que puede haber más personas implicadas, porque la investigación es dinámica, y puede haber nuevos delitos o imputaciones”.


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