Entre promociones, recortes, angustias emocionales y aspiraciones de estabilidad, la economía doméstica se transforma en un campo de batalla silencioso.
Luego de meses de ajuste profundo, un informe traza la nueva realidad de los argentinos: tres de cada diez personas están en una situación de desequilibrio financiero directo: gastan más de lo que ganan. Además, cuatro de cada diez no tienen ninguna capacidad de ahorro.
Solo el 28% de la población logra guardar dinero, un porcentaje muy inferior al observado en países vecinos como Brasil, México y Colombia, donde la cifra casi duplica la realidad argentina. Este dato funciona como eje y síntesis de un cuadro de situación social más amplio: un país que intenta dejar atrás la supervivencia cotidiana, pero que todavía no logra alcanzar una estabilidad sostenible.
El informe “Argentina, ¿cómo estás?” elaborado por Quiddity en el marco del Monitor Anual de Humor Social 2025 presenta datos que exponen con claridad una economía personal crónicamente tensionada. El 30% de la población gasta más de lo que ingresa, lo cual no sólo revela un desfasaje entre ingresos y precios, sino también una dificultad estructural para reordenar las finanzas personales. A esto se suma que el 40% no logra ahorrar nada mes a mes, dejando a la mayoría de los hogares sin capacidad de previsión o respuesta ante imprevistos.
En 2024, la estrategia dominante fue la reducción de gastos. Esto se reflejó en las ventas de supermercados y en la creciente aceptación de segundas y terceras marcas. En 2025, sin embargo, aparece una voluntad de normalizar ciertos consumos: se prioriza recuperar productos resignados, como carnes y lácteos, y mantener ciertos gustos esenciales, aun cuando el panorama económico no se ha estabilizado del todo.