En una entrevista, Víctor Serda es autodidacta y explicó en diálogo con La Vuelta Del Perro, que su pasión por la aviación surgió del aeromodelismo, disciplina que le permitió comprender los principios del vuelo. Aunque no es ingeniero, su experiencia autodidacta lo llevó a diseñar y construir sus propios aviones. "Lo que pasa es que el aeromodelismo tiene una relación muy, muy directa. Salvando las proporciones de un avión tripulado, vuela por las mismas cuestiones que un avión de aeromodelismo", detalló Serda. Hasta la fecha, ha fabricado 26 aeronaves, y actualmente trabaja en un avión eléctrico para un cliente en España, bajo un contrato de confidencialidad.
Serda comentó que su idea central siempre fue construir aviones seguros y económicos. Remarcó que fue pionero en el uso de motores estacionarios para aeronaves, algo que al principio fue recibido con escepticismo. "En su momento, cuando yo empecé, me decían que estaba loco porque esos motores son muy pesados, no tienen potencia", recordó. Sin embargo, el tiempo le dio la razón, y ahora, otros constructores alrededor del mundo están adoptando esta técnica. Estos motores, sin mayores reformas salvo una reductora para multiplicar la fuerza, han demostrado ser totalmente funcionales y seguros.
Respecto a las características de sus aviones, Víctor Serda explicó que la mayoría son biplazas, lo que permite llevar un pasajero. La autonomía de vuelo suele ser de dos horas y media a tres horas, aunque se pueden extender en viajes más largos. La altura máxima a la que pueden ascender es de 1000 metros a 3.500 metros, siempre que haya suficiente oxígeno para el motor. Los materiales predominantes en sus creaciones son la madera y la tela, al estilo de los aviones de principios del siglo XX, aunque algunos diseños más recientes incorporan aluminio y fibra de carbono, elevando los costos.
Los compradores de estos aviones los utilizan principalmente para vuelos recreativos y paseos cortos. Serda relató que es común ir a comer un asado al campo de un amigo o asistir a festivales a distancias de 80 a 250 kilómetros.
Si bien son aviones lentos, con una velocidad promedio de 100 kilómetros por hora, su seguridad es un punto clave. "De todos los motores que yo he colocado, nunca hubo una emergencia, nunca", enfatizó.
En cuanto a la homologación y la seguridad, Serda aclaró que sus vuelos suelen ser a baja altura y en zonas no controladas, como campos privados, similar a andar en un cuatriciclo. Algunos aviones sí están matriculados y asegurados si se utilizan en aeroclubes, pero la mayoría de sus vuelos se realizan de campo en campo, donde no se interfiere con rutas aéreas comerciales.
Finalmente, Víctor Serda se refirió al interés de la televisión rusa en su trabajo. "Hace poco yo vi en un foro de Rusia había un debate donde había alguna fotografía de aviones míos", comentó. El principal atractivo para ellos radica en su enfoque no convencional: fabricar aviones utilizando materiales como la madera y la tela, y emplear motores industriales, lo que los diferencia de las construcciones aeronáuticas más modernas. La Universidad Blas Pascal de Córdoba también realizó un documental sobre su labor, el cual está disponible en las redes y ha contribuido a difundir su particular y exitoso método de construcción.
Programa
La Vuelta del Perro
Marcelo Arbillaga- Vanesa Picatto
Entrevista: Gabriel Martella