"Reducir a Jesús a líder carismático o superhombre es ateísmo" y muchos "consideran a la fe una cosa absurda", dijo el Pontífice en su homilía, que leyó en italiano. Las lecturas del Evangelio fueron en inglés y español.
El Papa León XIV ofició hoy su primera misa en la Capilla Sixina, "pro ecclesia", junto a todos los cardenales, que le brindaron un aplauso al término de la ceremonia, durante la cual afirmó en la homilía que reducir a Jesús a líder carismático o superhombre "es un ateísmo de facto".
"Hoy en día no faltan contextos en los que Jesús, aunque apreciado como hombre, es reducido a una especie de líder carismático o superhombre, y esto no solo entre los no creyentes, sino también entre muchos bautizados, que acaban viviendo, en este nivel, en un ateísmo de facto", sostuvo León XIV.
El Papa, nacido en Estados Unidos, leyó su homilía en italiano, pero antes la introdujo con unas breves palabras improvisadas en inglés, dirigidas a los cardenales que lo eligieron el Pontífice 267 de la historia.
"Comenzaré con unas palabras en inglés, y el resto en italiano, pero quiero repetir las palabras del Salmo Responsorial: 'Cantaré un cántico nuevo al Señor, porque ha hecho maravillas, y no solo conmigo, sino con todos nosotrosï'", dijo León XIV.
"Hermanos cardenales, continuó, al celebrar esta mañana, los invito a reconocer las maravillas que el Señor ha realizado, las bendiciones que el Señor continúa derramando sobre todos nosotros".
"A través del ministerio de Pedro, añadió el Papa Prevost, me han llamado a llevar esa cruz y a ser bendecido con esa misión.Y sé que puedo contar con cada uno de ustedes para acompañarme mientras, como Iglesia, como comunidad de amigos de Jesús, como creyentes, seguimos proclamando la buena nueva, proclamando el Evangelio, diciendo que Cristo es el Hijo de Dios vivo".
Además de la homilía, la primera y la segunda lectura del evangelio fueron en inglés y español, respectivamente, los dos idiomas más utilizados en las misas internacionales en el Vaticano y las dos lenguas principales del Papa, nacido en Estados Unidos pero misionero durante muchos años en Perú.
El idioma de la celebración, como en todas las misas solemnes, fue en latín.
En su homilía, León XIV subrayó en muchos contextos "la fe cristiana se considera algo absurdo, para personas débiles y poco inteligentes; contextos en los que se prefieren otras seguridades a ella, como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder, el placer".
"Son ambientes en los que no es fácil testimoniar y anunciar el Evangelio y donde quienes creen son burlados, combatidos, despreciados o, como mucho, tolerados y compadecidos", añadió.
Al final de la misa concelebrada con todos los cardenales, el Papa destacó la importancia de "un compromiso indispensable para quien en la Iglesia ejerce un ministerio de autoridad: desaparecer para que Cristo permanezca, hacerse pequeño para que Él sea conocido y glorificado, empeñarse a fondo para que a nadie le falte la oportunidad de conocerlo y amarlo".
"Que Dios me conceda esta gracia, hoy y siempre, con la ayuda de la tierna intercesión de María, Madre de la Iglesia", afirmó.