Enrique Zabala, abogado defensor de Lescano, dijo que el jurado popular consideró que no había violencia de género en el ataque y la causa de las lesiones prescribió.

Después de once años, múltiples cambios de juez y un juicio atravesado por la perspectiva de género, el caso que alguna vez fue caratulado como tentativa de homicidio en contexto de violencia de género terminó con un fallo que señala solamente lesiones graves, ahora prescriptas. Así lo explicó el abogado defensor Enrique Zabala, quien representó a Lescano durante todo el proceso.
 
"Es un hecho que transcurrió mucho tiempo, que el proceso tuvo un montón de alternativas de cambio de juez", expresó Zabala, remarcando la complejidad procesal del caso. “Finalmente llegamos al juicio con una calificación muy grave, porque él entró con una acusación de doble tentativa de crimen, de homicidio, que después, antes del comienzo del juicio, se agravó por un contexto de violencia de género vinculado y transversal.”
 
Según explicó, esa agravante llevó a que se convocara un jurado popular, y durante el juicio se abordaron múltiples dimensiones del caso. “Se debió analizar la prueba desde la perspectiva de género, por supuesto, se debió analizar el contexto de asimetría de poder, dinámica y la propia prueba de un hecho que tuvo heridos”, señaló.
 
Sin embargo, la acusación inicial dio un giro clave antes de la deliberación final. “El fiscal cambia la calificación porque entiende que no hubo tentativa de homicidio, que no había intención, no podía probar la intención de matar de mi defendido”, afirmó el letrado.
 
Zabala también indicó que la estrategia de la defensa fue cuestionar el encuadre de violencia de género. “Tratamos de eliminar lo que se llama el contexto de violencia de género, intentando de alguna manera explicar que no fue un hecho en el cual la agresión fue porque era mujer”, explicó. Según su visión, tanto el jurado popular como los jueces técnicos coincidieron con esa postura.
 
Finalmente, el caso fue recalificado como “lesiones graves”, pero al haber pasado más de una década desde el hecho, el delito prescribió y no hubo condena. “Por eso, finalmente, termina siendo solamente un hecho de lesiones graves, pero como pasó 11 años, el delito quedó prescripto”, concluyó Zabala.
 
Al ser consultado sobre la situación procesal de Lescano, el abogado aclaró que “estuvo detenido al principio, el mismo día que ocurrió el hecho, hasta el año que le siguió, más o menos unos siete meses”.
 



Informe16

Foto: La Voz