Sebastián Caon es productor porcino en Villa del Rosario, Córdoba, y desde hace tiempo tomó una decisión clave para mejorar la eficiencia de su sistema productivo: delegar la etapa más sensible del ciclo, la gestación y maternidad, y enfocarse en el engorde. En diálogo con Valor Agregado Agro, Sebastián Caon relató su experiencia en la unidad productiva de lechones de CORCECOP, en General Cabrera, donde recibe animales de alta calidad genética y en óptimas condiciones sanitarias.
Corcecop es la creación de Leandro Mondino, de Cristian y Hernán Fessia, titulares de la empresa Nutricor, quienes se dedican a la venta de insumos porcinos, vacunos, etc, en Río Cuarto. Ellos quisieron darle «una vuelta de tuerca» a la cría porcina, ya que los tres son experimentados profesionales en el manejo de granjas numerosas y notaban que los porcineros salían de la actividad por diferentes cuestiones, entre ellas la producción en el ciclo maternidad, pariciones. Desde esa premisa, crearon estas granjas integradas, en las que Caon puede seguir en la actividad, como tantos otros productores.
“Mi experiencia empezó criando cerdos como cualquier productor agropecuario, a campo, con un pequeño criadero de 40 madres. Pero el trabajo cotidiano, los partos desorganizados y los problemas de ambiente en granjas chicas terminan agotando”, dijo Caon.
El productor recordó anécdotas que marcan el nivel de exigencia que implica manejar todo el ciclo: “Un sábado a las 10 de la noche, mi mujer esperando para ir a un casamiento y yo atendiendo un parto. En granjas chicas no podés organizarte bien. Te falla una madre y te rompe el grupo”.
Según explicó, los principales cuellos de botella se encuentran en la fase reproductiva. “La inseminación, los partos, la cría y la recría son tareas intensivas y complejas. En cambio, cuando te asegurás buena genética y ambientes controlados, cambia todo”, señaló.
Uno de los aspectos que más valora de trabajar junto a CORCECOP es la calidad del ambiente de gestación y maternidad. “Una cerda en un ambiente con temperatura sostenida y control de grupos permite mejores partos, mejores destetes. Eso es muy difícil de lograr en granjas pequeñas por el alto costo de infraestructura”, explicó.
Además, destacó que en 28 entregas realizadas desde Villa del Rosario hasta General Cabrera —una distancia de 240 kilómetros— no se le murió ningún lechón en el traslado. “En este viaje, voy a llevar casi 170 lechones como siempre, y no se murió ninguno en todos los traslados. La distancia no tiene que ser una excusa para unirse”, enfatizó.
El cerdo en la mesa de los argentinos
Caon también es carnicero desde hace 12 años y conoce muy bien la evolución del consumo. “Cuando empecé, vendía costilla y matambre. Hoy se venden churrasco, vacío, tapa de nalga… El cerdo se incorporó en la parrilla y en la mesa diaria de los argentinos”, dijo.
Sobre el presente del sector, se sabe que el cerdo pasa un buen momento, ya que el consumo per cápita llegó a casi 18 kilos. Pero, Caon advierte hay que prepararse para los malos momentos, que van a venir. Si sube el maíz, por ejemplo, se complica. La clave es la eficiencia”.
Y cerró con un mensaje claro:
“Lo que me gustaría ver es mejor producción en las granjas. La unión de los productores y ser más eficientes te permite tener un ingreso más ordenado. La distancia no tiene que ser una excusa, es un país grande y unirse es significativo”.