Así lo expresó el Obispo de Quilmes, Carlos "Cacho" Tissera, quien mostró su preocupación por la situación laboral de los argentinos frente al Cristo de la Buena Muerte.
El Obispo de Quilmes, Carlos “Cacho” Tissera visitó al Santuario del Cristo de la Buena Muerte, donde estuvo un par de años, junto al Padre Víctor Puñata.
Tissera reflexionó que en este tiempo hay que dar gracias al Santo Cristo y no sacar los ojos de Él, “porque es la luz para nuestro caminar, Él nos muestra las llagas que son las mías, las tuyas, las de todo el mundo, los sufrimientos, las preguntas que hay en nuestro corazón, frente a tantas cosas que nos pasan. Esas son las llagas gloriosas del Señor. Y en esas llagas nos encontramos con Él, porque Él siempre está precisamente mostrándonos su misericordia y dándole un sentido a nuestra vida, a las cosas lindas y a lo que no es tan lindo también”.
Consultado por el día del trabajador, el Padre Cacho reflexionó que “no estamos en el mejor momento, evidentemente. Hablando del trabajo, es lo que no hay, o el que lo tiene, con mucho miedo de perderlo, y entonces hemos de pedir para que haya realmente una Argentina un poco más productiva y no tan especulativa”.
En relación a la muerte del Papa Francisco, recordó que el 20 de enero estuvo con el Santo Padre, con quien pasó una hora dialogando, riendo y tratando temas de seriedad. “Como peregrino de la esperanza en este año santo, Él ya llegó a la patria prometida” y agregó que considera que su legado es de muchas enseñanzas, “principalmente, como todo pastor, la alegría del Evangelio para seguir proclamándolo al mundo entero, porque es lo que realmente nos da un sentido a esta vida nuestra”.
Tissera también planteó que este Papa “supo mostrar el rostro humano de la Iglesia de Jesús, abierta a todo el mundo. Para todos, todos, todos”.
Respecto al cónclave que se desarrollará en los próximos días y que determinará al próximo sucesor de Francisco, Tissera expresó que “espero que se disponga en el Espíritu Santo y acepte esa misión, pero sobre todo que que siga adelante toda la obra de los demás papas anteriores, y por supuesto de Francisco, que ha puesto a la Iglesia en una situación realmente de mucha cercanía, particularmente a las grandes masas de gente desplazada, perseguida, porque Francisco nos habló de la gran misericordia de Dios”.
Agregó que espera una iglesia sinodal, “que se vaya renovando y esté a la altura de los tiempos para llevar esa riqueza del Evangelio a todas las personas, con la gran preocupación de que los jóvenes descubran que realmente Cristo es la vida, en verdad”.