“Hoy voy a estar presentando la película a las 20:30 en el Leonardo Favio, los que se quieran acercar vamos a estar para charlar con ustedes”, contó Ana Pontes, productora de "Moto", una película cordobesa que vuelve a proyectarse con el respaldo de su recorrido internacional.
El film, que mezcla elementos documentales y de ficción, narra la historia de Mariano y Costanza, dos jóvenes que transitan la ciudad de Córdoba desde sus márgenes hacia el centro. A lo largo de cuatro años de rodaje, el director Gastón —radicado actualmente en Alemania— logró construir una narrativa que toca temas sensibles como la portación de rostro, el gatillo fácil y la marginación urbana. “La película se filmó a lo largo de cuatro años, más o menos interrumpidos. Entonces hay un paso del tiempo de los personajes y una atemporalidad”, explicó Pontes.
Apontes dialogó con Marcelo Arbillaga, en el programa de La Vuelta del Perro y comentó que la película "cuenta lo que le pasa a él en relación a ese vínculo con el prejuicio de los otros hacia él, que tiene que ver con esta figura de portación de rostro”.
La película también incorpora escenas de la emblemática “marcha de la gorra”, fenómeno que refleja la tensión entre las clases populares y las fuerzas de seguridad. “Lo que hace la película es reivindicar esa figura del merodeo y la libre circulación por la ciudad”, sostuvo Pontes. “Es un viaje entre la periferia y el centro de Córdoba”, comentó.
A pesar del éxito internacional del filme —que se estrenó en Lisboa y recibió una mención especial del jurado—, Apontes denunció el freno al financiamiento estatal: “Desde el año pasado ya no se han dado financiamientos a películas. Este año no han existido… estamos encontrando nuevas formas de ver cómo expandirnos hacia afuera para conseguir financiamiento”.
En ese contexto, el trabajo de producción se vuelve casi una militancia cultural. “Este es un momento muy particular porque estamos todos planeando cómo vamos a continuar con la profesión”, dijo Ana. “Yo hace más de 15 años que trabajo en cine… y me formé en el Cine Club La Quimera. Ahora formo parte del colectivo de cineastas de Córdoba, trabajando con el Polo Audiovisual para generar nuevas propuestas”.
La ausencia del Estado en la promoción del cine nacional tiene consecuencias directas. “El Instituto de Cine hacía en promedio 124 películas por año. Hoy hace cero. Cero. No hay demasiado claroscuro ahí”, sentenció Apontes.
Por eso, cada proyección se transforma en un acto de resistencia. “El cine tiene esa posibilidad de acercar realidades… entender un poco por dónde pasan algunas cosas, sin prejuicio. Ese gesto de cariño entre los personajes me parece importante para volver a pensar ciertas cosas que nos están pasando”.
Esta noche, el Centro Cultural Leonardo Favio abrirá sus puertas para una función cargada de contenido social y humano. La entrada general es de 3 mil pesos, mientras que estudiantes y jubilados abonan mil quinientos pesos. Una oportunidad para encontrarse con un cine que, lejos de los grandes estudios, “dibuja una sonrisa en el alma”.
Entrevista
Marcelo Arbillaga