Gabriel Martella, a través del móvil de la radio, se acercó hasta la casa del centenario y junto a Marcelo Arbillaga desde el piso en La Vuelta del Perro, hablaron con el vecino para felicitarlo y para que pase un grato momento.
 
 “Estoy en la casa, me puse como intruso adentro, estamos con la torta que trajimos”, comenzó Martella, mientras relataba con entusiasmo el ambiente que rodeaba a Miguel y su familia.

La sorpresa de su vida, como él mismo relató, fue ver a tantas personas a su alrededor para felicitarlo.
 
La clave de su longevidad, según Celuci, no ha sido otra que esa fórmula simple pero profunda de disfrutar la vida al máximo. “Es lo más importante”, aseguró con firmeza el centenario, quien se mantuvo activo en diversos ámbitos de su comunidad, como en el Club Maipú, institución de la que fue presidente en varias ocasiones. "Fui presidente varias veces", afirmó Miguel, mostrando con orgullo su relación con este club que forma parte de la historia de Río Cuarto.
 
En cuanto a la ciudad que lo vio crecer, Miguel también reflexionó sobre los cambios que ha vivido a lo largo de las décadas. “Es todo distinto. Antes la gente parecía que no podía dormir, todos se conocían, se trataban. Ahora no, ya no es lo mismo", explicó, al comparar la ciudad de hace 80 años con la actualidad. La vida social, antes tan cercana, ahora ha cambiado por completo.
 
La vida de trabajo de Miguel comenzó a una edad temprana, cuando aún era un niño. "Mi papá me enseñó a trabajar desde los 11 o 12 años, ya en un taller. Aprendí mucho de él", recordó. Durante 15 años, trabajó en un taller local, y luego trabajó en el Área Material Río Cuarto hasta el año 90, cuando se jubiló.
 
Las historias de trabajo y esfuerzo fueron muchas, pero también las de momentos felices. A lo largo de su vida, Miguel ha sido testigo de los grandes cambios que ha sufrido su ciudad, pero ha logrado mantenerse vigente con el paso de los años, una cualidad que, para él, ha sido fundamental para llegar a los 100 años: “Trabajar y divertirse, eso es lo que más me ha servido”.
 
Miguel tiene 13 nietos, 28 bisnietos y dos tataranietos.


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