La noche del 6 de marzo de 2025 se transformó en una pesadilla para miles de habitantes de Bahía Blanca y sus alrededores, entre ellos Silvina Dalinger, vecina de Ingeniero White. En una entrevista exclusiva con Micrófono Abierto, Silvina compartió los momentos de angustia y desesperación vividos por su familia y su comunidad, atrapados por una de las peores inundaciones que ha afectado a la región.

"Lo primero que dijimos fue: 'No va a llegar acá, no va a pasar… hasta que llegó el agua a la camioneta", recordó Silvina, quien narra cómo comenzó la catástrofe en su hogar. Mientras las lluvias no cesaban y el agua de los arroyos cercanos empezaba a colapsar las calles, Silvina y su familia comenzaron a levantar lo que podían, sin comprender la magnitud de lo que se avecinaba. La lluvia de más de 300 milímetros en pocas horas desbordó rápidamente las zonas bajas de Ingeniero White.

"Empezó a entrar agua y empezamos a levantar cosas. Al principio no le dimos la importancia que tenía", contó. La situación se volvió insostenible cuando el agua comenzó a inundar su casa, alcanzando un metro y medio de altura en su vivienda. La familia, aterrada, se refugió en su camioneta con la esperanza de que el agua no llegara hasta allí. "Ya de noche, sin luz, sin conectividad, todo era a gritos y lo que salía", relató Silvina, quien agradece la ayuda de los bomberos que, a pesar de tener sus casas también afectadas, se lanzaron a rescatar a los damnificados con canoas y camionetas.

La evacuación no fue menos caótica. Silvina fue llevada junto a su familia a un colegio local, donde miles de personas se amontonaron, mojadas y desesperadas, sin más que lo puesto. "Había mucha gente en el colegio, todos muertos de frío", relató. Afortunadamente, logró contactar con su amiga quien la acogió en su casa en Río Cuarto, donde se encuentra alojada con sus hijas. "La ayuda de los amigos y de la gente que se ha acercado, te llena el alma", aseguró.

Aunque las primeras horas fueron las más críticas, la reconstrucción es una tarea “titánica” que se extenderá por meses. "La ayuda está llegando, pero aún es insuficiente. Hay mucha falta de logística", señaló Silvina. Aunque alimentos, colchones y ropa están siendo distribuidos, hay una necesidad urgente de camas, muebles y utensilios de cocina, elementos esenciales para los afectados que han perdido casi todo.

A pesar de la tragedia, Silvina mantiene la esperanza. "Lo que quiero decir es que, por favor, crean que esto realmente está pasando aquí. Es más grave de lo que muchos muestran", expresó con firmeza, al subrayar la magnitud de la catástrofe que ha dejado a más de 60 desaparecidos y al menos 16 muertos en toda la región.

Las autoridades locales y nacionales aún trabajan en la emergencia, pero, como Silvina, muchos vecinos de Ingeniero White y Bahía Blanca continúan luchando por reconstruir sus vidas. "No nos vamos a olvidar de lo que pasó, pero mientras tanto, tenemos que seguir adelante", concluyó.



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