Cotagro es una de las cooperativas referentes del país, ya que en esto últimos años su expansión en las diferentes unidades de negocios hizo que la entidad de General Cabrera, Córdoba, se transforme en una de las mas importantes dentro de la estructura de  Conninagro , ACA y el sistema cooperativo que sus socios avalan en cada asamblea.

En una charla con Valor Agregado Agro, Rubén Borgogno, actual presidente de Cotagro, reflexionó sobre su trayectoria en la cooperativa y su inminente salida del cargo. Aunque formalmente su mandato finaliza el próximo 20 de marzo, cuando se realice la distribución de cargos, ya se anticipa que su sucesor será el ingeniero Fabián Grosso, actual vicepresidente.

«Todavía no soy ex presidente, pero ya cumplí mi mandato y lo que yo pretendía de joven: que aquellos que ya llegamos a una determinada edad demos lugar a la gente joven, como lo hicieron conmigo», dijo Borgogno a Valor Agregado Agro.

Con una carrera de más de 37 años en el Consejo de Administración, Borgogno inició su vínculo con Cotagro en 1983 como ingeniero agrónomo. «Fui el segundo ingeniero agrónomo de la cooperativa cuando apenas tenía dos en total, hoy son más de 30», recordó. Además, detalló que se integró al Consejo de Juventud  «La Mateo Barra» y luego en  ACA , y  desde 1988 comenzó su carrera dirigencial dentro de la cooperativa.

Sobre su legado, destacó el crecimiento de Cotagro, que hoy opera en 27 localidades, supera el millón de toneladas de acopio y cuenta con casi 600 colaboradores. «Hemos tenido récords en venta de insumos y en captación de seguros. Me voy tranquilo porque queda un equipo extraordinario», afirmó.

Borgogno también resaltó la adaptación de Cotagro a las nuevas generaciones. «Los jóvenes ven el cooperativismo de otra manera, quieren ser parte de las inversiones y nosotros les damos la posibilidad de participar en nuevos proyectos, como el criadero de cerdos o las nueces pecan», explicó.

Consultado sobre su futuro, aseguró que seguirá participando como socio activo. «Voy a estar en las asambleas, si hay algo que no me gusta, lo haré saber. Pero, por supuesto, ya no estaré en la toma de decisiones», dijo.

Finalmente, en tono distendido, lanzó una invitación: «Ahora me voy a dedicar a mi granja de cerdos, así que los espero por allá. Quién sabe, hasta se pueden llevar un lechón».