Quienes nacieron antes de 1990 seguro que recuerdan los años de monopolio de las compañías telefónicas estatales, que fueron sucedidos por la liberación del mercado y, poco después, por el auge de la conectividad móvil.
Ahora que las nuevas redes 5G están cada vez más consolidadas en buena parte del continente y que incluso comienzan a desplegarse los primeros servicios de conectividad satelital, merece la pena echar la vista atrás para repasar la evolución de las telecomunicaciones. Esto puede ofrecer un panorama más claro sobre su camino para tratar de vislumbrar lo que deparará esta tecnología en los próximos años.
Los primeros días: El dominio del teléfono fijo
Durante los inicios de la telefonía en América Latina, las empresas a cargo de gestionar las redes telefónicas eran generalmente estatales, y lo habitual es que solo hubiera una en cada país. Esto se justificaba en buena medida debido a la enorme inversión necesaria para desarrollar la infraestructura de telefonía en todo el territorio nacional, algo que difícilmente habría podido realizar una empresa privada en aquellos tiempos.
Los gobiernos nacionales eran capaces de invertir mucho más en infraestructura y podían mantener a miles de empleados y empleadas en las compañías telefónicas, pero también podían regular el mercado a su favor. El hecho de que las compañías nacionales disfrutaran de una posición de monopolio terminó encareciendo los servicios, y hubo que esperar a la liberalización del mercado para que la competencia redujera estas tarifas.
El auge de los teléfonos móviles: Cambio de paradigmas
A finales de los años 90 del siglo pasado comenzaron a popularizarse los teléfonos celulares tanto en América Latina como en el resto del mundo. Esto dio un vuelco a las comunicaciones telefónicas, porque de pronto permitió a la gente mantener su conectividad allá donde fueran. El cambio de la telefonía fija a la telefonía móvil marcó un antes y un después en las comunicaciones de todo el continente.
Por otra parte, la telefonía móvil requiere de una infraestructura más compleja que la telefonía fija. La instalación de torres de telefonía en las áreas urbanas generalmente se logró implementar a buen ritmo, pero las áreas rurales experimentaron retrasos en el despliegue de estas torres, que, además, generalmente tenían una cobertura más limitada. Se hacía necesaria una mayor inversión en estas áreas para mejorar la conectividad.
Avances tecnológicos: 3G, 4G y la revolución de internet
El siguiente paso en la evolución de las telecomunicaciones vino de la mano de la conectividad 3G, que comenzó a desplegarse en América Latina
a partir del año 2006. Este nuevo estándar permitía a los celulares conectarse a internet con velocidades máximas de hasta 2 Mbps, de modo que por primera vez era posible tener un cierto acceso a internet con dispositivos desarrollados por compañías europeas o japonesas.
La revolución de los smartphones llegaría poco después con el lanzamiento del iPhone en 2007. La distribución de este celular con pantalla táctil permitía usar los celulares como pequeñas computadoras, y poco después, en 2009, llegó la conectividad 4G que permitió a los primeros smartphones navegar por internet con velocidades de hasta 300 Mbps. Ahora los celulares no solo eran para hacer llamados, sino para mantenerse conectados online.
La era del dominio móvil: 5G y más allá
Hubo que esperar hasta 2019 para que comenzara el despliegue de la siguiente generación, la red 5G. En esta ocasión, Uruguay fue
el primer país de América Latina en incorporar esta nueva tecnología a sus torres de telefonía. En los últimos cinco años se fue haciendo extensiva por todo el continente, aunque no sin polémica, ya que hubo muchas personas que se opusieron a la instalación de estas antenas por considerarlas perjudiciales para la salud.
Lo cierto es que el consenso científico apunta a que las redes 5G son seguras, y además suponen un gran salto de calidad con respecto a sus antecesoras. Sobre el papel, las redes 5G permiten velocidades de transferencia de hasta 20 Gbps. Esto incrementa la demanda de los planes de datos y las recargas internacionales a través de plataformas como
BOSS Revolution, sobre todo ahora que los celulares tienen cada vez más usos financieros y de streaming.
El futuro de las telecomunicaciones en América Latina
A medida que la tecnología continúa evolucionando, cabe esperar que las telecomunicaciones en América Latina sigan avanzando de forma acorde. Se está trabajando en el desarrollo de la conectividad 6G[1] , que podría comenzar a desplegarse a partir de 2028. Además, algunas compañías firmaron acuerdos recientemente con una empresa espacial para incorporar la conectividad a través de constelaciones de satélites.
En los próximos años, entonces, seguramente se podrá disfrutar de una conectividad mucho más rápida y más extendida en toda América Latina, sobre todo si se considera que las redes satelitales no dependen de infraestructura terrestre, con lo que ofrecen un servicio igualmente rápido en las áreas rurales. Esto favorece un contexto para profundizar en la integración móvil de tecnologías emergentes como el IoT o la blockchain.
Conclusión
La conectividad móvil tiene una importancia cada vez mayor en América Latina, y en buena medida esto responde a los avances tecnológicos que fueron guiando su evolución durante todos estos años. Esta evolución de las telecomunicaciones está acelerándose y favoreciendo una conectividad digital como nunca antes se había visto, ofreciendo la posibilidad de acceder a servicios de streaming o videollamadas en alta calidad en casi cualquier lugar.
A medida que esta tecnología sigue evolucionando y que la conectividad satelital entra en juego, cabe esperar que las comunicaciones en América Latina den un nuevo paso adelante. Esto se podrá apreciar no solo con respecto a la velocidad de la conexión, sino también a la hora de potenciar la conectividad de las áreas rurales del continente. En ambos aspectos, los próximos años apuntan a traer grandes avances.