Así lo expresó la vicedecana de Humanas, Silvina Barroso, por las implicancias de la Resolución que establece la interrupción y el desfinanciamiento de los programas de investigación en ciencias sociales.
La vicedecana de Ciencias Humanas, Silvina Barroso dialogó con Micrófono Abierto, expresó la profunda preocupación por las implicancias de la Resolución 10/2025, emitida por la Jefatura de Gabinete de Ministros, la cual establece la interrupción y el desfinanciamiento de los programas de investigación en ciencias sociales y humanas que habían sido impulsados por el ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.
La Vicedecana manifestó estar muy preocupados, porque “esta resolución es parte de una política pública que tiene que ver con el desfinanciamiento, o el recorte presupuestario para las universidades nacionales y para el sistema de ciencia y tecnología”.
Consideró que la resolución fue publicada el 9 de enero, “en un momento en que el sistema universitario está inactivo, está de vacaciones. No podemos dejar de leerla en términos de arbitrariedad, sino de autoritarismo y también de cierta condición artera por la fecha. Cuando uno quiere hacer algo que sea parte de una decisión democrática, la hace junto con los organismos que llevan adelante desde hace muchísimo tiempo la producción científica y tecnológica y la educación pública en el país”.
Barroso planteó al aire de LV16 que esta resolución es parte de una política de Estado que “tiene por dos años consecutivos un presupuesto reconducido. Eso es inaudito, lo cual autoriza al Ejecutivo a hacer un uso discrecional porque no hay una ley de presupuesto para administrar los fondos públicos. Es parte del veto a la ley de financiamiento, es parte de la reducción del 32,9% en ciencia y tecnología y desatender la agenda 2030 que preveía llegar al 1% del PBI. O sea, tenemos que leerlo en ese entramado, por lo tanto no es que el sistema universitario, ni sus responsables estemos paranoicos, sino que vemos la ejecución de una política de Estado que tiende al ahogo del sistema científico”.
Consultada sobre la estimación del impacto que puede generar esta resolución dentro de la Facultad, Barroso aclaró que esto afecta al sistema universitario científico.
Consideró que esta resolución tienen varios puntos que tienen implicancias para la ciencia social y humana, y para la vida de la ciudadanía.
“Primero dice, yo lo hago porque lo puedo hacer, porque me lo autoriza la ley base. Yo hago esto porque puedo hacerlo, lo cual en sí mismo no es un argumento. Por otro lado, se hace referencia a la emergencia económica y financiera, pero eso no autoriza tomar decisiones que pueden ser realmente, en el mediano y largo plazo, terribles para el desarrollo económico también del país”.
La Vicedecana de Humanas agregó que es necesario discutir la conceptualización de que la producción de ciencia y tecnología es un gasto para el Estado, “cuando sabemos que no lo es, que cualquier país, que se piense en un desarrollo sostenido, invierte en educación y en ciencia y tecnología”.
Barroso explicó que “si partimos de la concepción de que la educación y la ciencia y tecnología es un gasto público y no es una inversión pública para el desarrollo, para el bienestar, hay una concepción en la base que es irreconciliable con las concepciones que como ciudadanía tenemos”.
Otro punto de la resolución es que fija áreas prioritarias para el desarrollo científico y tecnológico que son la agroindustria, la minería, la economía, el conocimiento y la salud. “No está mal que un Estado fije sus áreas prioritarias, lo que está mal es que en el renglón seguido cierra programas y hay cierta amenaza de que programas que han sido aprobados y que han tenido financiamiento y no han terminado su ejecución, tendrán que devolver el dinero y hasta habla de intereses”.
Barroso en su diálogo con Micrófono Abierto planteó la necesidad de repensar que no todo se puede solucionar desde las ciencias duras, y que son fundamentales las ciencias sociales.
“Nos parece altamente peligroso un programa de desarrollo científico y tecnológico que olvida, desestima, y no tiene en cuenta las investigaciones en las ciencias sociales y humanas. La libertad no existe sin la soberanía y esta no existe sin la soberanía cognitiva”.
Respecto a tener que devolver los fondos de investigaciones que aún no han sido ejecutadas, planteó que “no quiero hablar de perversión, pero sí de un profundo desconocimiento de cómo funciona cualquier sistema científico donde los presupuestos tienen que ser administrados con mucha cautela porque tienen que alcanzar para hacer adelante el proyecto que por supuesto tiene sus tiempos, sus etapas, sus contingencias. Entonces, es realmente extorsivo ese artículo de la resolución y desincentiva la investigación”.
GUILLERMO | Mientras solo mida sus exitos y fracasos por los dolares que tiene acumulados en el Banco Central y pueda disponer de ellos para lo que desee, estaremos viviendo en este mar de incertidumbres, acciones insolitas y cerramientos ante una sociedad callada y que ademas, no pronuncia una sola palabra. Ni la oposicion, que tampoco existe, habla del tema. Estaran todos ensobrados.? FIN