El Cóndor Andino es una especie amenazada, en peligro de extinción y una pasión para muchos que trabajan en su liberación y posibilitan que emprendan vuelo para regresar a su hábitat natural. 

Una de ellas es Silvia Peralta, quien es fotógrafa y miembro del Concejo Directivo de la Fundación BioAndina Argentina y voluntaria del Programa Conservación del Cóndor Andino (PCCA).

En diálogo con La Vuelta del Perro, comentó que este animal, en Argentina sufre el uso indiscriminado de los tóxicos como el Carbofurano, dispersado por las pasturas de las cuales se alimentan por ejemplo las ovejas, las cuales mueren a causa de envenenamiento. “Una vez que entran en descomposición son alimento del Cóndor Andino porque es un animal carroñero”, explicó.

Como ejemplo de esta situación citó la muerte masiva e instantánea de 36 cóndores en Malargüe, Mendoza.

El Cóndor Andino, es un animal que supera los tres metros de largo, más de un metro de estatura, vuela con las corrientes térmicas y lo más desarrollado que tiene es la visión lo que le permite ver a grandes alturas los animales muertos.

Respecto a cómo se controla esta práctica del hombre, propuso que el veneno no sea vendido libremente.