Corea del Norte se ha disculpado después de que esta semana sus fuerzas militares ejecutaran a un civil surcoreano. Por medio de una comunicación formal enviada a Seúl y cuyo contenido ha sido desvelado hoy por la Casa Azul, el líder Kim Jong-un ha “lamentado mucho” el desenlace del “amargo” caso, así como haber “decepcionado” al presidente Moon Jae-in y a la sociedad del país vecino.

Esta disculpa representa un gesto excepcional para el régimen, el cual viene a rebajar las crecientes tensiones en la relación bilateral.
La víctima, un funcionario del Ministerio de Pesca, desapareció el pasado lunes cuando navegaba al oeste de la península, cerca de la frontera marítima entre los dos países –la disputada Línea Límite Norte–, a bordo de un buque oficial desde el que habría saltado previsiblemente con la intención de desertar. Según detalló ayer el Ministerio de Defensa surcoreano, militares del Norte dieron con él un día después, flotando a la deriva dentro de sus aguas territoriales. Tras un interrogatorio de seis horas en el que se negaron a prestarle socorro, acabaron por dispararle para a continuación quemar su cuerpo.

El presidente Moon se refirió a lo sucedido como un “traumático incidente que no debe ser tolerado bajo ningún concepto”, al tiempo que exigía explicaciones. Estas han llegado hoy en forma de carta oficial, tal y como ha anunciado Suh Hoon, director de seguridad nacional en la Casa Azul. El documento ha sido remitido por el Departamento del Frente Unido, órgano del Partido de los Trabajadores que gestiona las relaciones con el Sur, y contiene las conclusiones de las pesquisas llevadas a cabo por las autoridades norcoreanas. La relación de los hechos, sin embargo, difiere en varios puntos de la versión ofrecida por Seúl.

Según narra la carta, el hombre no respondió con sinceridad al cuestionario y trató de huir cuando los marineros realizaron dos disparos de advertencia. A consecuencia, abrieron fuego contra él. Al acercarse encontraron mucha sangre pero no hallaron el cadáver, por lo que quemaron los objetos a flote para cumplir el protocolo de emergencia contra la pandemia impuesto por el país.
Corea del Norte ha reconocido que el caso “no debería haber sucedido”, por lo que ha instruido a sus efectivos militares a establecer un mecanismo que registre las actividades de las patrullas fronterizas, para así evitar que “errores menores produzcan grandes malentendidos”. Este “lamentable” incidente no debería repetirse para no menoscabar “la confianza y el respeto” entre ambos países, añadía el documento. Sin embargo, también ha criticado al Sur por realizar un anuncio “unilateral”, empleando lo que considera información poco precisa y lenguaje agresivo.

Por su parte, el ministro surcoreano de Unificación, Lee In-young, el hombre al frente de la diplomacia con el Norte, ha valorado la disculpa ofrecida por Kim como algo “muy excepcional”. “Hasta donde yo sé, no hay precedentes de que el Norte emita un comunicado rápidamente y pidiendo disculpas hasta en dos ocasiones”, ha declarado hoy durante una sesión de la Asamblea Nacional. La publicación del texto íntegro por parte de Corea del Sur también es un movimiento poco habitual, con el que pretende calmar la controversia generada por el caso.

También en el día de hoy se ha conocido el reciente intercambio epistolar mantenido por los mandatarios de ambos países, cargado de palabras amables y buenas intenciones. La última de estas comunicaciones es la respuesta de Kim a una carta enviada por Moon el pasado 8 de septiembre. En sus líneas, el líder norcoreano expresa sus mejores deseos a causa de la pandemia y del impacto sucesivo de varios tifones, haciéndose cargo del “enorme peso” que con el que carga el presidente; “dificultades, presiones y esfuerzos” que él entiende mejor que nadie, asegura. “Una vez más, deseo con énfasis que la preciada salud y la felicidad de los compatriotas del Sur se mantenga (...) Deseo con sinceridad el bienestar de todo el mundo”, se despedía el dictador.

Fuente: El País