José Michelizza nació en Plateschis (Italia) en 1924, siendo sus padres Valentín Michelizza y Luisa Blasutto. Radicado en Río Cuarto, dedicándose a la carpintería para sustento de su familia, pero llevaba en su corazón el fuego sagrado de servir a su comunidad.

Ingresó al cuerpo activo de los Bomberos Voluntarios de Río Cuarto el 29 de junio de 1951 con 28 años de edad.

El 12 de noviembre de 1954, según consta en el Libro Nº 2, Folio 265, es requerida la ayuda de los bomberos desde la Escuela Nº 122 de Vélez Sarsfield y Paso.  Se había descarrilado la driza del mástil, por lo que no se podía izar la bandera..  Michelizza subió al mástil en arriesgada maniobra y a pesar del fuerte viento, pero bruscamente cae deslizándose por el mástil, golpeándose.  Manifestó sólo dolores pero regresó al cuartel.  En la noche de ese día 12 se retira del cuartel a las 23:30 padeciendo un fuerte dolor pero que no quiso dejar registrado en el libro de guardia.

Días después un vecino avisa al cuarte que Michelizza no se reponía y su cuadro se agravaba.  Sus compañeros lo fueron a buscar, lo internaron en la Clínica del Sud.  Le detectan un tumor por lo que debieron operar en dos oportunidades. Finalmente José Michelizza fallece el 9 de enero de 1955.

A este servidor público le valió la medalla “Pro-Patria” como mejor bombero de la dotación.  Se la entregó en la cama de internación el mismo Presidente de la Sociedad de Bomberos Voluntarios, Sergio Magrini.

Una multitud acompañó el velatorio y el cortejo de este héroe local.  Dejaba a su esposa Josefa Celucci y a cinco hijos: Nicolás, Luisa, Ángel, Ybis y Carlos.

Se realizó en esos tiempos una colecta para terminar de pagar el terreno y de concluir su vivienda.  La clínica dio por saldado los 31 días de internación, hechos saludables para que este joven servidor público pudiera descansar en paz.

Eduardo Tyrrel, en sus páginas biográficas cuenta la historia de Nuestros Bomberos Voluntarios, y dice:

“El 4 de marzo de 1943, un pavoroso incendio consumió parcialmente las instalaciones de la Tienda Los Vascos, en la céntrica esquina de Constitución y Bs.As. La ciudad carecía por entonces de una brigada que la protegiera de una desgracia de esta naturaleza. Solamente con los buenos oficios del personal del Regimiento 14 y del Arsenal J. M. Rojas se disponía para combatir el fuego limitándose a evitar su propagación más que su extinción.

Este suceso motivó a un grupo de ciudadanos, liderados por el escribano Emilio Villanueva, para convocar a una reunión en donde se echaron las bases para la formación de un Cuerpo de Bomberos Voluntarios. Y el 4 de diciembre de 1943, en el Palacio Municipal, con la presencia del comisionado Secundino Bedoya, quedó constituida la primera Asociación Bomberos Voluntarios de Río Cuarto.

Pese al entusiasmo mostrado por los gestores la empresa fracasó, al igual que el intento realizado el 31 de julio de 1945, cuando se constituyó la “Sociedad de Bomberos Voluntarios de Río Cuarto” que tuvo efímera vida.

Pasaron los años, hasta que los siniestros ocurridos en 1952, en la Casa Ripamonti y en la gomería y casa de familia de Miguel Giribet, reactualizaron el insoluble problema de la falta de un cuerpo de Bomberos. Esta vez una asamblea de vecinos celebrada en la Sociedad Italiana el 1 de diciembre de 1952, convocada por Don Nicolás Vernieri y Carlos I. Maina, entre otros, tomó el toro por las astas, y por voluntad de los asambleístas dejó conformada la primera C. D. de la renovada Sociedad de Bomberos Voluntarios de Río Cuarto.

Enseguida fue provista de una moderna autobomba, llamando los aspirantes a miembros del cuerpo activo.  Bailes, rifas y festivales consolidaron el patrimonio de la institución, concretándose la adquisición del ex edificio de la empresa A.C.O., de Lamadrid 945/59, para sede del cuartel, el 7 de marzo de 1953”.