En octubre, dos semanas antes de las elecciones que lo convirtieron en presidente electo, Alberto Fernández disertó frente a alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires. Durante el encuentro, en el que se mostró junto al ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica, anunció que iba a crear un Ministerio de la mujer, de la igualdad de género y de la diversidad y sostuvo: “Vamos a abrir las puertas a las mujeres para que, a la par de los hombres, hagan la Argentina que nos merecemos”.

Sin embargo, esa declaración -que incluyó la expresión “a la par”- no se tradujo en paridad en la elección de su gabinete, algo que quedó en evidencia esta tarde durante el anuncio oficial: sólo 4 de los 21 ministros elegidos son mujeres (aunque hayan acomodado bien a las mujeres no ministras para dar en la foto una impresión de igualdad).

La costumbre de que las conducciones en la política todavía sean un “club de varones” le jugó una mala pasada apenas empezó a presentar a su equipos: "Sé de la calidad moral y la hombría… de los que me acompañan” dijo, y enseguida se arrepintió.

El gobierno de Macri se despidió con 11 ministerios en los que sólo 2 estuvieron a cargo de mujeres (Carolina Stanley en “Salud y Desarrollo Social” y Patricia Bullrich en “Seguridad”). ¿Qué cambió de un gobierno a otro? Habrá el doble de ministerios en manos de mujeres que los que tuvo el gobierno saliente pero, en proporción, ni se acerca a la paridad: las mujeres ministras serán sólo el 19%; en el gobierno de Macri fueron el 18%.

A este ritmo, si cada 4 años la paridad sube 1 punto porcentual hacen falta 31 períodos presidenciales para lograr la paridad: es decir, 124 años.

El descontento por la falta de paridad en el nuevo gabinete se expresó en las redes sociales donde algunas activistas feministas hicieron su reclamo.

¿Tenía obligación Alberto Fernández de armar un gabinete paritario? Legalmente, no. La ley de paridad establece la obligación de garantizar una composición igualitaria en las listas que compiten para cargos en el poder legislativo nacional, es decir diputados y senadores. Por ahora, para avanzar en la paridad en otros ámbitos -como la Justicia o el Ejecutivo- solo hay proyectos, por lo que garantizar la paridad en el gabinete no era una obligación legal sino, más bien, un compromiso ético.

“Me pregunto dónde quedó el compromiso ético con la igualdad. ¿Por qué siempre parece ser necesario impulsar con las normas aquello que debiera ser una derivación básica del principio democrático de participación y representación?”, dijo a Infobae Natalia Gherardi, directora ejecutiva de ELA (Equipo Latinoamericano de Justicia y Género).

Y agregó: “Es posible que las leyes empiecen a requerir estas designaciones pero lo que realmente espero es que a la dirigencia política empiece a resultarle inaceptable verse repitiendo las fotografías de personas casi idénticas en los lugares de poder. Alguna vez debiera empezar a resultarles incómodo seguir siendo parte del problema. En el año en que se implementa la paridad en el Congreso, ¿cuándo vamos a acordar los términos en que se construye la democracia?”.

María Alejandra Martínez, diputada provincial y miembro de la Red de Parlamentarias Mentoras (que tiene un Observatorio de paridad), también opinó: “En este contexto de transformaciones sociales y con la agenda que está marcando el movimiento feminista en Argentina las mujeres ya no tenemos que demostrar que estamos preparadas para acceder a cargos de toma decisión desde donde gestionar políticas públicas con perspectiva de género”.

Y agregó: “La integración de gabinetes paritarios es una deuda pendiente que esperamos sea saldada porque es hora de que las mujeres alcancemos definitivamente la paridad sustantiva. Y con este concepto nos referimos puntualmente a ocupar puestos jerárquicos para llevar adelante acciones que fomenten la igualdad de oportunidades en pos de una sociedad más justa y equitativa”.

A la confirmación del gabinete se suma que el miércoles la Cámara de Diputados oficializó a los nuevos jefes de bancadas e interbloques: todos hombres. La semana pasada se supo también, gracias al trabajo de la Asociación Civil Mujer y Gobierno, que las intendentas escasean: apenas el 12% de los municipios del país son gestionados por mujeres.

Fuente: Infobae