Mientras se duplican las demandas judiciales por la prestación de la salud, las obras sociales batallan también con los costos de los servicios de salud.

Cuando aumenta el dólar, automáticamente aumenta lo que tienen que pagar las obras sociales.

Si el dólar aumenta 10 pesos, como pasó estos días, el costo para la obra social aumenta 2,5 pesos.

Es un cálculo que ya está hecho. Lo cuenta José Luis Oberto, de la obra social de los empleados de Comercio. “El aumento desmedido del dólar trae un problema muy serio, porque impacta en el 26% del gasto en salud, cuando el dólar aumenta un 20%, impacta un 2.5% del gasto de salud. En un sistema en el que el dólar aumentó el 300% y los salarios llegaron al 150% se complica bastante poder seguir teniendo la relación de ingresos y egresos”, explicó.

Comercio tiene 2.100.000 afiliados a la obra social en todo el país y 25.000 en Río Cuarto y región.

Representan el 10 por ciento de los 21 millones de argentinos que tiene una obra social, según datos del Indec de 2017.

También equivale prácticamente a la misma cantidad de personas que tienen una prepaga. Alrededor de 2 millones de argentinos pagan una prepaga para tener salud.

En Río Cuarto, el 80% de los vecinos tiene algún tipo de esta cobertura médica, según un relevamiento de 2017 del Consejo Económico y Social.

Los costos que deben enfrentar pueden llegar a ser siderales. Como ocurrió con un caso de una obra social universitaria. Salma Faiad, de la obra social universitaria de Río Cuarto, relata lo ocurrido en Córdoba.

“Córdoba ha tenido recursos de amparo muy importantes, como para tener una idea de drogas que han tenido un costo de 40 millones de pesos y un medicamento de ese valor desequilibra a cualquier obra social”.

Además del impacto del dólar, también hay otros aspectos que van desfinanciando las obras sociales.

“Un componente difícil de las obras sociales es que gente que no es de nuestro sector han ingresado a nuestra obra social, como son los monotributistas, un empleado en actividad aporta de 2.500  a 3 mil pesos mientras que un monotributista de 600 a 700 pesos”.

El gobierno debe devolver el dinero de destinadas prestaciones. Son cifras multimillonarias que tienen años de atraso.

“Están debiendo mucho dinero a las obras sociales que es el que aportan los trabajadores,  que es un 15% que va a este pozo para luego recuperar todo lo que es alta complejidad. Hay mucha demora en el tiempo y se le devuelve a la obra social lo que debería haber gastado que difiere mucho con lo que pagó”, comentó Oberto a LV16.

Como enfrentan este panorama adverso. Faiad, de Aspurc, dice que la obra social tiene un fino equilibrio, pero han tenido que tomar algunas medidas como disminuir horarios, personal de seguridad, al tomar ciertas medidas disminuyeron costos que favorecieron la obra social.
 
Oberto admite que las obras sociales no han explotado porque los gremios ponen dinero para sostener el sistema.

Los gremios esperan nuevas leyes. Las que están vigentes fueron creadas hace más de 40 años cuando no había especialidades ni estudios como los que existen hoy.

Creen que para la actual atención de la salud debe ampliarse el aporte.

La salud es uno de los tantos temas que la crisis puso en una olla a presión que está a punto de ebullición.

Informe de Javier Lucero