En su misa durante la movilización por San Cayetano, el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, pidió compasión por el prójimo y leyó la carta que el Papa Francisco le envió a los obispos la semana pasada, en la que se refirió a los índices de desocupación "significativamente altos".

Tras elogiar la "fraternidad" del Sumo Pontífice, en la que "siempre quedaron reflejados los 10 mandamientos del buen samaritano", el cardenal hizo una sugerencia hacia los que suelen pedir audiencias con Jorge Bergoglio. "Ustedes saben. No se confundan. Una foto o un encuentro con el Papa no te hace vocero, amigo ni misionero si no practicamos los mandamientos de la compasión y la misericordia con el otro, que no es mi enemigo, sino mi hermano y mi semejante", dijo durante una breve homilía de poco menos de 15 minutos.

Ante una multitud que se extendía por varias cuadras en los alrededores de la parroquia de San Cayetano, en Liniers, Poli también habló sobre el bicentenario de la Independencia y los desafíos que aún quedan por cumplir. "El ideal de vivir a la Argentina como una gran familia donde la fraternidad y el bien común incluyan a todos los que peregrinamos por su historia está lejos de haberse alcanzado", señaló. 

Y agregó: "El acta de la Independencia alcanzará su plena vigencia cuando la familia más postergada tenga casa digna, donde no falte salud, educación y un trabajo digno y honrado".

Apenas terminó de hablar el arzobispo, una buena parte de los fieles empezaron a desconcentrarse con lentitud y a cruzarse con los que recién llegaban. 


(La Nación)