A Facundo Arana le gusta el peligro. La sensación de estar mano a mano frente a la naturaleza, la inmensidad de las montañas y su afición por el entrenamiento y la vida sana lo volvieron un fanático del alpinismo.
En 2012 se lanzó hacia una travesía grande: escalar el Monte Everest. Sin embargo, pese a su aguerrida voluntad el resultado no fue el deseado. El edema pulmonar que tenía empeoró y apareció uno cerebral que complicó su cuadro. El actor lamentablemente no pudo completar el ascenso.
Cuatro años después decidió volver a intentarlo. En la cordillera del Himalaya, en la frontera entre Nepal y China, está la montaña más alta del planeta con una altura de 8848 metros sobre el nivel del mar. Hacia lo más alto se dirige Arana, que explicó su plan en una carta publicada en Instagram.
"Mañana arranca la semana esperada. Cada una de las etapas es una meta a cumplir. Sólo superando cada una se pasa a la siguiente. Ya estamos todos enfocados", escribió este martes describiendo la travesía como "un capítulo aparte de maestría y experiencia".
Pero su odisea había comenzado antes. La semana pasada, por ejemplo, subió una foto desde un acampe en las montañas y contó que “los escaladores chinos tienen que fijar cuerdas desde 8300 metros hasta la cumbre. Hasta entonces sólo se puede esperar”.
“Subir, bajar... Esperar, volver… Esperar... esperar... El mal tiempo arriba hace conveniente esperar un día más antes de volver a subir”, comentó en otra foto con mucho optimismo, y luego: “Todos estamos en la misma. Lo que antes eran dos meses, ahora son días por delante”.
Mientras tanto, mediante una aplicación, Facundo muestra en qué lugar específico del mapa está. Una muestra de valentía y superación para alguien fanático del alpinismo y la naturaleza. Ojalá este año lo logre. Todo parece indicar que sí.
Infobae