El color verde simboliza un sinfín de conceptos saludables, amigables, vivaces. La multiplicación de los espacios ecológicos urbanos no sólo es funcional a la amabilidad del paisaje: la alta concentración de vegetación urbana entabla una estrecha vinculación a la reducción de las tasas de enfermedades crónicas.

Es el resultado de un estudio de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, publicado recientemente en la revista American Journal of Preventive Medicine. La investigación reveló que las zonas verdes compuestas por césped, árboles o cualquier clase de vegetación influyen positivamente en la población cercana. Repercute la proximidad a estas áreas ambientales en la disminución de las tasas de enfermedades como diabetes, hipertensión e hiperlipidemia (exceso de grasa en sangre que a niveles elevados puede producir derrame cerebral o una afección cardíaca).

El estudio se realizó en un condado de Miami Dade, en Florida, donde se procesaron los datos de 250.000 personas, todas mayores de 65 años y beneficiarias de un programa de seguro de salud estatal. El cálculo se realizó mediante imágenes captadas por satélite capaces de medir la densidad de las zonas verdes en la información desprendida del período 2010-2011.

Según la publicación, un alto nivel de zonas verdes se vinculó con 49 enfermedades crónicas menos por cada mil habitantes y con una disminución en las probabilidades de sufrir diabetes en un 14%, hipertensión en un 13% e hiperlipidemia en un 10%. El estudio destaca que la relación verde-salud se potencia en las personas que viven en barrios de nivel socioeconómico medio y bajo, más que en aquellos sitios de estratos adquisitivos altos.

La investigación exime las causas de la asociación vinculante entre las zonas verdes y los bajos potenciales de contraer enfermedades crónicas. Sin embargo, invita a relacionar la existencia de espacios al aire libre con el desarrollo de actividades físicas que combaten la vida sedentaria. Y presentan campos aptos para interactuar con la sociedad, aplacar el estrés y moderar los niveles de contaminación ambiental y acústica.

Las conclusiones de esta investigación refuerza con estadísticas científicas la hipótesis de los beneficios que las zonas verdes impactan en la salud humana. Un informe estricto que alimenta la sociedad abstracta que entabla lo verde con lo bueno.