Se trataba de una bicicleta que paseaba entre cientos de ciclistas, llevaba a los niños de un lado a otro sin necesidad de sus papás e incluso se detenía sola ante el paso del tranvía.

El pasado 1 de abril Google hizo su anuncio por todo lo alto: "Presentación de la bicicleta con autoconducción en los Países Bajos", rezaba el vídeo promocional.

En poco menos de dos minutos, expertos y creadores explicaban en qué consistía el invento. "Imaginen que pudiéramos andar en bici más seguros, de manera más inteligente y sencilla aplicando la tecnología de auto-conducción", decía a cámara un supuesto experto de la compañía en Holanda.

"Le enseñamos que sepa dónde está, qué hay alrededor de ella, qué es lo que va a pasar y cómo debe reaccionar. Nos apoyamos en la experiencia de Google con los carros inteligentes y agregamos dos características: la localización del dueño y un modo cómodo de conducción".

Demasiado bonito para ser verdad, ¿no creen? Efectivamente, el invento fue una broma de la división de Google en los Países Bajos para el pasado April Fool's Day, el día de los Inocentes en el mundo anglosajón, y con él pretendían burlarse de los casi 900 kilómetros que cada holandés recorre cada año en bicicleta.

Ahora parece descabellado, pero teniendo en cuenta que ya circulan vehículos sin conductor y aviones sin pilotos (drones), ¿quién duda de que la broma se convierta algún día en realidad?

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