Según un estudio de la Fundación FADA en nuestro país es estratégico impulsar la generación de energía producida a partir de la biomasa agropecuaria.
David Miazzo
A la hora de abordar la situación energética y de pensar en el desarrollo del país, una de las energías renovables con gran potencial es la electricidad generada a partir del maíz, que puede convivir y complementar a las eólica y la solar.
Así lo sostiene en un estudio la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) donde se destacó que cada zona del país tiene potencialidades para diferentes tipos de energías renovables: el viento, el sol, la industria forestal y, en el caso de la zona pampeana, los cultivos como el maíz entre otros energéticos.
"La problemática energética no sólo está en la generación, sino también en la transmisión de la energía producida. Un punto de solución que tienen las energías renovables es que, generadas en zonas estratégicas, reducen la inversión en infraestructura para trasladarla y las pérdidas que se producen en ese proceso", señalaron desde FADA.
En el caso de la biomasa, el objetivo es que las plantas generadoras estén instaladas cerca de localidades del interior para que se alimenten de ellas, además de significar una base de desarrollo industrial y de generación de empleos.
Cuando los cultivos absorben la energía del sol, se transforman en biomasa, es decir en materia orgánica que, a través de un proceso especial se reconvierte en biogás y luego en electricidad.
"Las posibilidades de aliviar al sistema energético a través de esta alternativa son grandes y eficientes, lo que falta es abordar el desafío de impulsarla. La energía producida a partir de biomasa ya es un hecho y hay plantas funcionando en el país. En Alemania, por ejemplo, hay más de 7.000 plantas funcionando", se explicó.
En tal sentido el economista jefe de FADA, Licenciado David Miazzo señaló, como ejemplo, que una planta de biogás de un megavatio utilizando 500 hectáreas de maíz daría electricidad a 800 viviendas.
Afirmó que en la evaluación, una de las necesidades detectadas es la de lograr un esquema tarifario y un marco regulatorio adecuados, basados en la responsabilidad social y ambiental, con incentivos fijados desde el Estado Nacional.