En el tramo final de la campaña electoral Mabel Sánchez dialogó con el padre Carlos Juncos para reflexionar sobre el presente. "Las redes son un lugar muy catártico, donde la gente puede expresar lo que no puede decir cara a cara porque la vida se vuelve insoportable. Pero soy testigo que hay muchísimos muy buenos dando vuelta y que no tienen la misma expresión o la misma publicidad. Creo que lo bueno sigue transitando por lo oculto", manifestó.

Además, contó que lo que más le duele es que "hay una gran capacidad de indiferencia. Salir de la indiferencia implica asumir que hacerle bien al otro conlleva una cuota de dolor para uno mismo. A veces me duele más la indiferencia que la agresión". Y enfatizó que, pese a todo el contexto, "hay mucha gente muy valiosa".

Por otro lado, dio detalles de sus inicios sacerdotales y dijo que esa vocación la tuvo "desde muy chico, desde los tiempos de la primera comunión". "El proceso de la infancia y de la adolescencia ha sido muy apasionante, como un fuego interior que me consumía y que en la medida en que yo buscaba negarlo se volvía mucho más insistente", agregó.

Juncos es sacerdote hace 28 años. Reconoció que, en este camino, como cualquier persona se cuestionó esa vocación: "Más de una vez me pregunté si estaba en el camino correcto".

También mencionó otros pasatiempos que le producen placer, entre ellos el fútbol. "Siempre he jugado al fútbol, siempre me ha hecho bien, es un ámbito en el que me siento descansando", expresó. 

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