La Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, quedó procesada por administración fraudulenta en la compra del edificio del organismo en la calle Perón 667, por el cual se pagaron 44 millones de pesos.

El hermano del subdirector general de al Procuración, Guillermo Bellingi, quien cobró 3 millones de pesos en concepto de comisión por la operación inmobiliaria, también quedó procesado.

El fallo fue firmado por el juez federal Julián Ercolini. Procesó a la alta funcionaria por el delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública. Esta decisión judicial pone a Gils Carbó a las puertas de un nuevo pedido de juicio político.

El vínculo con el kirchnerismo

Gils Carbó, quien se enroló con el krichnerismo y designó funcionarios leales que comparten su mirada sobre la Justicia, fue siempre un personaje incómodo para el Gobierno, que cree que lidera, con sus fiscales, una embestida con cataratas de denuncias contra funcionarios de Cambiemos.

Mauricio Macri quiso que deje su cargo y encomendó la tarea al ministro de Justicia,Germán Garavano, que fracasó en sus intentos de persuadir a la Procuradora para que renuncie.

Intentó aprobar una nueva ley del Ministerio Público Fiscal, que acotaba su mandato, pero Elisa Carrió, aliada del Gobierno, la dinamitó por el poder que le otorgaba en al designación de fiscales a una comisión bicameral presidida por el massismo.

Con esta decisión judicial, en caso de que sea confirmada por la Cámara Federal, queda allanado el camino para que el Gobierno intente en el Congreso un nuevo pedido de juicio político, cuando asuman sus nuevos legisladores tras la elección del 22 de octubre próximo.