Se sabe que los felinos son astutos para identificar cuando su oponente está con la guardia baja, pero esta mascota llegó a un extremo impensado.
La siberiana Maeby sólo quería dormir la siesta en un lugar tranquilo, cómodo y cálido de la casa, pero parece que su compañera felina, Farina, tenía la misma intención. Tanto es así que apenas la perra se entregó al sueño en un rincón del sofá, la gata apareció para conquistar territorio.
Maeby soportó pacientemente los avances de Farina. Todo comenzó como un masaje ocasional, nada muy molesto, pero en seguida la gata entró en confianza y se subió al lomo de la perra, tal como se puede ver en el video del usuario de YouTube llamado elmcityked.
Casi al final del video se puede apreciar la expresión mansa y resignada de Maeby. Todo sea por no cortar la siesta.