Solemos mirar lo que comemos y pero no contamos las calorías de los líquidos.
Las calorías y la composición nutricional de los alimentos que nos llevamos a la boca suelen estar en el centro de atención a la hora de iniciar una dieta, pero pocas veces reparamos en lo que tomamos para hidratarnos o para acompañar las comidas. Una manera inteligente de eliminar los kilos de más sin someternos a una dieta muy estricta es eliminar de nuestra ingesta las bebidas que engordan o nos hacen retener líquidos por su alto nivel de sodio.
De hecho, una encuesta del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI) sobre hidratación en Argentina encontró que tomamos los dos litros diarios que recomienda la OMS, pero que sólo el 21% del total es agua pura. El resto son bebidas saborizadas o infusiones con azúcar, principalmente mate.
El primer enemigo es el alcohol, que tiene mucha incidencia a la hora de aumentar de peso. Esto puede explicarse en función de la actividad del hígado: mientras este órgano trabaja para quemar el alcohol que el cuerpo ingiere, no puede quemar las grasas que el proceso del organismo precisa. Además, la ingesta de alcohol afecta al proceso hormonal y una de sus consecuencias es que hace que sintamos más hambre.
10. Vino tinto: entre 130 y 176 cal. por copa.
9. Vino blanco: 160 cal. por copa.
8. Sidra: entre 100 y 150 cal. por copa.
7. Gaseosas cola: entre 90 y 120 cal. por vaso.
6. Cerveza: 90 cal. por vaso.
5. Jugo de frutas envasados: 85 cal. por vaso.
4. Jugos en polvo diluidos: 50 cal. por vaso.
3. Aguas saborizadas light: entre 0 y 10 cal. por vaso.